Editorial de Enero-Febrero 2025

Comienza 2025 luego de un año de importante ajuste fiscal durante el cual el Gobierno consiguió reducir los niveles de inflación asfixiantes y lograr el superávit fiscal. Esto último más impulsado por la reducción del gasto público que por aumento en los ingresos, en un año que comenzó recesivo y finalizó con indicadores de crecimiento que vislumbran para este año un aumento del PBI de alrededor del 5%. Claro que no todas son flores y la incertidumbre en algunos tópicos aún continua. El tema social sigue con dificultades y en lo económico se logró neutralizar los precios relativos -principalmente de los alimentos y los insumos importados- con la reducción de la inflación, el consumo y el casi congelamiento del dólar. Justamente este punto vinculado con la política cambiaria es la mayor preocupación de los economistas y empresarios. La disponibilidad de divisas es escasa y sigue restringida por el cepo cambiario y su eliminación se ha diferido para 2026 al aguardo del ingreso de capitales frescos y de ayuda financiera que permita reactivar la economía con crecimiento genuino y mantener la divisa en valores controlados.

Estamos en un año electoral y los juegos de la política influyen en las expectativas electorales, aunque el rumbo económico de superávit fiscal, desregulación, país abierto al mundo, con un Estado más chico y eficiente, con una moneda fuerte están perfectamente definidos.

El mercado asegurador espera ansioso la pronta recomposición de los niveles de producción y la neutralización del avance de la siniestralidad creciente en varios rubros, principalmente en Automóviles y Riesgos del Trabajo, los ramos de mayor volumen de primas que están muy expuestos a los excesos de las sentencias judiciales. Esta difícil situación se presenta en un momento de ajustes, en el cual se detectan cambios de paradigma en la actividad, consecuencia de los nuevos escenarios que plantea la economía.

Aunque la reducción de la inflación ayuda a acomodar las cuentas, este complejo contexto requiere una mayor concentración en una suscripción sostenible y sólida. Las acciones del mercado asegurador deberían contemplar al menos, por un lado, un aumento de la conciencia sobre el riesgo. La crisis ha creado una mayor percepción sobre el valor de los seguros en todas las líneas de negocios y grupos de clientes a nivel mundial. 

Por otro lado, es imperante no soslayar la transformación digital acelerada. Los modelos de distribución deben ser digitalizados para poder seguir vendiendo. A partir de esta situación, habrá oportunidades de crecimiento especialmente en los Seguros Inclusivos, las líneas de Seguros Masivos, los Seguros de Personas y Riesgos Patrimoniales, de Ingeniería, Responsabilidad Civil y Fianzas de negocios.

Contando con la experiencia de varios años críticos -que generan permanentes desafíos y nuevas oportunidades- la actividad aseguradora enfrenta el 2025 con un país diferente, con renovadas acciones. Estas están respaldadas por buenos equipos de profesionales del seguro y el importante aporte de la innovación tecnológica, que ayudan a recobrar la confianza en el seguro algo alicaída.

Los seguros de Responsabilidad Civil, tema central de esta edición, prometen un gran futuro para la actividad aseguradora por su diversidad y permanente innovación y porque muestran una evolución. En el actual contexto cambiante a todo nivel, el sector asegurador y los seguros de RC, en todas sus variantes, también se ven modificados por nuevas normativas y un crecimiento de la conflictividad. En este sentido, hemos dialogado con ejecutivos y profesionales del ramo, quienes aportaron valor a la discusión, gracias a la contribución de su visión, que cuenta con el respaldo de una larga trayectoria y experiencia en el sector.

Más allá del incremento productivo que aportan las coberturas obligatorias, se advierte una creciente participación en el amparo contra reclamos emergentes de actividades profesionales, riesgos cibernéticos, incidentes medioambientales, productos, drones y nanotecnología. Por ello, detectar las necesidades del cliente es un desafío conjunto entre las aseguradoras y los intermediarios para generar nuevos productos y oportunidades de negocio. Es interesante observar cómo los consumidores y dueños de empresas han comenzado a tomar conciencia de la utilidad de la cobertura de la RC en su actividad. 

En el caso Automotores, el ramo de mayor volumen y conflictividad, los límites de RC nunca resultan suficientes ni sostenibles en el tiempo mientras la justicia siga haciendo caso omiso de los límites del contrato de seguro y fallando contra las aseguradoras por cifras superiores a estos. La búsqueda de una ecuación de ajustes es un gran desafío para nuestra industria, tanto en los límites de RC, como en su correspondencia con la prima a cobrar. 

RC Autos lideró la expansión del mercado de Responsabilidad Civil en 2024, acompañado con los seguros de Responsabilidad Civil Profesional encabezados por RC Médicos. Este crecimiento responde a múltiples factores, como ser: foco del negocio, definiciones en la suscripción, precios, sumas aseguradas, etc.

En determinados riesgos, el crecimiento observado durante el año fue acompañado de una menor siniestralidad, especialmente en sectores como los seguros de RC para empresas, seguro Técnico y Responsabilidad Civil Profesional.

Habitualmente, debido a la cultura aseguradora de nuestro país, las líneas más dinámicas en cuanto a crecimiento han sido las que se enfocan en la Responsabilidad Civil Automotor, pero también hay un dinamismo creciente en el sector de empresas, donde la necesidad de cobertura frente a riesgos emergentes y nuevos modelos de negocio están llevando a un mayor consumo de seguros de RC. El mercado se mantuvo altamente competitivo, exigiendo una constante revisión de costos y coberturas para seguir siendo atractivo y responder a las demandas del sector.

Lamentablemente en las sentencias los jueces no diferencian la cobertura obligatoria de la voluntaria. Además, hay que tener en cuenta que actualmente existe un nuevo riesgo económico con las sentencias de montos abusivos y arbitrarios, ya que los recursos en queja elevados a la corte no se están sentenciando. Eso genera una incertidumbre costosa, ya que se debe provisionar la exposición del monto sentenciado en instancias anteriores.

Las aseguradoras deben constituir y mantener reservas técnicas suficientes para tener una solvencia adecuada que les permita hacer frente al pago de los siniestros. A tal efecto, aplican metodologías y cálculos actuariales vinculados con la intensidad y la frecuencia de los siniestros, entre otras variables, lo que les permite diseñar sus estructuras tarifarias.

Así, la suma asegurada constituye una relación de equivalencia entre la prima y el riesgo. Esto no puede distorsionarse por vía de una decisión judicial, sin que ello implique una ruptura del marco técnico en que se desarrolla la industria del seguro. Si en sus sentencias los jueces extienden la responsabilidad de las aseguradoras, excediendo los límites de las coberturas, estarán afectando gravemente su capacidad de hacer frente a las indemnizaciones. Es decir, terminarán socavando la solvencia del mercado asegurador.

Completan esta edición una amplia variedad de notas, artículos y estadísticas que permitirán evaluar la situación del mercado de seguros, además de nuestras habituales secciones de noticias nacionales, latinoamericanas e internacionales, indicadores económicos y el suplemento de legislación. 

Hasta la próxima edición.

Pedro Zournadjian
Director