Resultados y Futuro de los Seguros Agropecuarios

La cantidad de hectáreas aseguradas está clavada en torno a 20 millones, desde hace años. Por ello, la innovación y la tecnología son tan importantes para el desarrollo de los seguros Agrícolas. En esta nota, destacados especialistas discuten los desafíos y oportunidades del sector, enfatizando la necesidad de políticas a largo plazo y apoyo estatal para impulsar el crecimiento y la adaptación al cambio climático.

El primero en tomar la palabra fue Gustavo Mina, Gerente de Seguros Agropecuarios de Sancor Seguros. Mina se refirió a la falta de evolución que se observa en la cobertura y participación de los seguros agrícolas en Argentina: “Desde hace varios años, el mercado de seguros Agropecuarios se encuentra estancado en cuanto al volumen de hectáreas aseguradas (20-21 millones de hectáreas). Tampoco se ha observado innovación en las principales coberturas (granizo y adicionales).

Sin embargo, en los últimos años, los seguros Agrícolas se han visto beneficiados por la aplicación de distintos avances tecnológicos que redundan en un mejor servicio al asegurado. La utilización de imágenes satelitales y drones, por ejemplo, es una realidad en nuestra aseguradora desde hace varias campañas, e integra los procesos de calidad en el servicio a nuestros asegurados. Las imágenes obtenidas a través de éstos nos brindan la posibilidad de resolver y optimizar la solución de situaciones cotidianas y en especial, de aplicarlo a siniestros de alta complejidad técnica”. 

Entre las innovaciones que se han implementado en su aseguradora, Mina mencionó un servicio de monitoreo de cultivos de alto valor agregado, y amplió: “Incluye imágenes satelitales de índice verde (NDVI), para hacer un seguimiento eficiente de todo el ciclo del cultivo; acceso a SIMA, una plataforma GIS intuitiva y fácil de utilizar para visualizar los mapas de índice verde, más una app para recorridas por los lotes, lo que permite a nuestros asegurados mejorar la toma de decisiones en cada etapa del ciclo productivo; y charlas online, workshops y eventos regionales de capacitación, para conocer casos de uso de estas tecnologías.

Por otra parte, hemos lanzado el primer seguro paramétrico de Argentina destinado a tambos, que cubre las pérdidas productivas mensuales ocasionadas por variaciones extremas en el régimen normal de precipitaciones que afectan la productividad del ganado vacuno. La ocurrencia de eventos de déficit o exceso de lluvias es definida mediante el Índice de Precipitación Estandarizado (IPE), calculado y publicado mensualmente por el Servicio Meteorológico Nacional.  

La determinación del daño surge de la relación entre el valor tomado por el IPE y la escala de indemnizaciones establecidas, por lo que la indemnización se dispara automáticamente, sin necesidad de que el campo sea inspeccionado”.

Continuó Santiago Cabral, Auditor de Riesgos Agropecuarios y Forestales de La Segunda Seguros, y sobre el tema observó: “En función de que el último ejercicio económico publicado ha sido el 2022, deberemos encuadrar la respuesta en el recorte de las campañas 2017-18 / 2021-22.

Allí puede confirmarse el estancamiento que viene experimentando el sector en cuanto a los sistemas productivos cubiertos, los riesgos y la incorporación de nuevas herramientas. De hecho, el último ejercicio publicado sostiene la preeminencia de los seguros agrícolas que lograron capturar el 99,83% de las primas versus tan sólo un 0,17% de los seguros pecuarios. El riesgo granizo con sus adicionales continúa dominando la escena con un 97,45% de participación, y el tantas veces demandado multirriesgo agrícola solo alcanzó una modesta participación del 0,9%. 

Asimismo, la herramienta que se presentaba como motor de soluciones, el seguro paramétrico, no logró despegar del 0,48% de intervención.

En cuanto al quinquenio estrictamente consultado resulta digno de destacar la consolidación de la caída de la tarifa global, la cual desde el repunte del año 2014 ha perdido ya casi un punto porcentual y se manifiesta en valores inferiores a los que precedieron los resultados catastróficos de la campaña 2012/13. En lo referido a la penetración, tal como se la viene midiendo, ha venido oscilando alrededor de un promedio de 48%”.

Desafíos
Con esa situación de estancamiento en vista, los especialistas analizaron los principales desafíos que se encuentran en el ramo agrícola para mantener y lograr el crecimiento del sector.

En este punto intervino Andrés Laurlund, Gerente de Riesgos Agrícolas de Allianz Argentina, y consideró: “La forma de crecer más es de la mano de agregadores y del crédito. El financiamiento por parte de los bancos, de toda la red que existe en el agro, permitiría bajar la tasa de interés o facilitar el acceso al crédito, mediante un seguro.

De la mano de los vendedores, el negocio está muy bien atendido desde los canales de venta, y es un mercado competitivo. Un asegurado recibe más de una oferta al año de seguros, de propuestas, por lo que ese aspecto está bastante saturado. El otro nivel sería por medio de mecanismos crediticios que exijan el seguro. El seguro tendría que actuar para mejorar las condiciones del crédito. 

Y otra opción para potenciar el seguro Agropecuario podría ser el desarrollo de las coberturas que amparan economías regionales. Ampliar la cobertura de cultivos no tradicionales, más específicos o más intensivos, como frutales, vides, algodón, cítricos.  Ahora no se desarrolla tanto porque necesitan apoyo estatal: no son negocios muy rentables, y generalmente para la compañía de seguro dan pérdida. Para ser más rentable necesita del apoyo estatal, es decir, que un porcentaje de la prima sea pagado por un gobierno provincial.

La conexión con estas economías no sería un salto del seguro, pero sí un incremento adicional”, remarcó.

Y continuó: “En este panorama, el papel de los productores es esencial. Son los que traccionan el negocio, los que lo modernizan, generan competencia. Es la tercera pata de negocio en el seguro de granizo, al mismo nivel que el reaseguro, la compañía y el cliente. Y los productores que se dedican a Agroseguros son altamente especializados. Tienen que hablar el mismo idioma que el productor, tener contacto con el agro. Los que realmente se dedican y tienen carteras importantes son muy especializados y en general se dedican exclusivamente al ramo agro. Dedican muy poco tiempo a otros ramos”.

Por su parte, Mina observó: “De cara al futuro, uno de los principales desafíos es adaptar la propuesta de seguros al cambio climático. Es cada vez más frecuente la ocurrencia de eventos climáticos severos y sistémicos, provocando grandes pérdidas en la producción y, por ende, esto afecta al resultado del ramo. El mercado de Agro necesita recomponer tasas para corregir los desvíos en los resultados de los últimos años.

Otro desafío importante es implementar un programa global de Seguros Agropecuarios que cubra todos los riesgos y producciones, prestando especial atención a las economías regionales. Para lograr esto, es fundamental discutir y consensuar políticas a largo plazo que estén respaldadas por una legislación adecuada y que aseguren que la política de seguro agrícola esté alineada con la política agropecuaria nacional”.

Acciones de Impacto
El siguiente punto en debate fue el impacto de la tecnología y la innovación en la gestión y sostenibilidad de los seguros agrícolas.

Este aspecto fue desarrollado por Cabral, quien aseguró: “El cambio tecnológico ha impactado fuertemente durante los últimos años en el mercado asegurador en general, aunque quizás con ciertas diferencias de adopción entre las compañías oferentes.

En nuestra cooperativa en particular, se apuesta cada día a la incorporación de nuevas tecnologías que jerarquicen nuestra operatividad.

La suscripción electrónica por caso ha permitido lograr un nivel de precisión e identificación de los lotes amparados bajo cobertura impensado hace escasos años atrás, de la misma manera que el seguimiento electrónico de siniestros ha logrado incorporar una dinámica de respuesta más ágil y eficiente”. 

Y continuó: “En cuanto al desarrollo de nuestro aplicativo Tasagran, después del primer paso dado sobre los cultivos extensivos, hemos podido avanzar sobre los frutales y estamos trabajando intensamente para contribuir con nuestros tasadores en la resolución de áreas homogéneas de daño mediante la elaboración de imágenes satelitales. 

Hasta aquí hemos mencionado los aportes a los esquemas ya establecidos, quedando aún pendiente para las nuevas generaciones su utilización para alimentar un sistema de aseguramiento más amplio. Sería ideal que contemple la totalidad de la geografía argentina y sus economías regionales, tomando en cuenta que somos el octavo país en el mundo en cuanto a disponibilidad de territorio y las actividades allí practicadas, ya sea agrícolas, pecuarias, forestales o acuícolas son extremadamente diversas”.

Resultados de la Campaña
Por último, consultamos por los resultados que se esperan para la campaña actual, en relación a la situación climática.

Mina se mostró optimista, y compartió: “La campaña agrícola 2024-2025 está iniciando con buenas condiciones climáticas y con buen nivel de humedad en suelo, garantizando que la siembra de cosecha fina se realice con normalidad.

Pero la tendencia climática cambiaría, pasando a una Fase Niña, con lluvias por debajo de lo normal durante la primavera y comienzo del verano. Esto puede incidir no solo en el volumen de siembra por cultivo sino también en el riesgo de ocurrencia de heladas primaverales. En cuanto al mercado de reaseguro, hay menor capacidad para riesgos agropecuarios, sobre todo para riesgos sistémicos como heladas”. 

En cambio, Laurlund se focalizó en los malos resultados de la campaña que cierra, la 2023/2024: “La campaña agrícola que está cerrando en estos días, tiene resultados generales muy malos.  Creo que el mercado va a cerrar alrededor del 100% de siniestralidad o levemente superior. Las causas fueron primero la helada y posteriormente el granizo. Climáticamente, fue un año que golpeó fuerte al negocio.

En miras a la nueva campaña, vemos un escenario más duro, un mercado restrictivo, que reclama ajustes y cambios para que el negocio sea nuevamente más rentable”. En ese sentido, afirmó que todas las compañías se encuentran diseñando estrategias en función de lograr una recuperación de la prima y sus resultados. 

Y prosiguió: “Con respecto al clima, las condiciones climáticas de los últimos años han sido bastante variables y el cambio climático está pegando tremendamente en el sector agrícola y asegurador. Tal es así que muchas aseguradoras están viendo al negocio agrícola como un negocio de muy alto riesgo y alta volatilidad. Porque el cambio climático es global y en un año pasan cosas que habitualmente ocurrían en periodos más largos. Es decir que los ciclos se acortaron. Todo este escenario hace que el negocio agrícola sea un negocio de alto riesgo, no solamente para el productor agropecuario, sino también para la industria”.

En retrospectiva, Laurlund puso de manifiesto un escenario de recuperación de precios, de cambios y ajustes, y aseguró que se va a necesitar eficiencia. Y determinó: “La eficiencia está en los gastos. Las compañías vamos a tener que ser más eficientes en nuestros gastos. Más en un ramo agrícola que es de cola corta y que no tiene rendimiento financiero, por lo que va a ser puro rendimiento técnico.

Todas las compañías estamos en lo mismo, tratando de salir de la campaña venidera con todo, mirando los pronósticos esquemáticos, para intentar predecir el clima de la próxima campaña. Estamos desorientados, porque no sabemos si va a ser un Niño o una Niña. Y a pesar de que sepamos lo que es, no sabemos el comportamiento de cada caso. 

Pero sí observamos mucha cautela en los productores agropecuarios. Además, también vemos que están dispersando los cultivos. Hay más variedad. Antes era soja. Hoy en día vemos soja, sorgo, maíz, trigo, cebada, entre otras. Son todas novedades que estamos teniendo”, cerró.

Para finalizar, Cabral indicó: “Respecto a la campaña que se presta a concluir, y centrándonos en lo climático, entiendo que hay un alivio para los productores por abandonar los tres ciclos inmediatos anteriores de sequía y como se sabe, cuando hay agua, hay cosecha. Desde lo biológico, se expresó el cambio de frontera de la chicharrita del maíz, a la cual se la vio desplazarse de norte a sur, dejando una señal de alerta para la campaña venidera y haciendo notar los efectos del cambio climático y las prácticas culturales. 

Por segundo año consecutivo y en cuanto a seguros se refiere, los cultivos más afectados fueron los de invierno, aunque esta vez, el riesgo granizo volvió a ubicarse por encima de helada a la hora de explicar su siniestralidad, en una proporción de 60% a 40% respectivamente, mientras que, en la campaña anterior, helada había predominado en una relación de 80 a 20. 

En cuanto a los reaseguradores, han sufrido fuerte impacto en Latinoamérica precisamente por los años Niña antes mencionados, y en esta época de renovación en Argentina muestran su preocupación por el riesgo helada y los cultivos de invierno. Es en este ámbito precisamente donde se esperan ajustes de precios y franquicias para la próxima campaña pronta a comenzar”.

Aníbal Cejas