La presente edición está dedicada al Día del Seguro argentino que se celebra el 21 de octubre de cada año, también hemos dedicado un espacio para el enfoque de dos experiencias sobre el Desarrollo Sustentable en Seguros presentadas en el 11° Seminario Latinoamericano de Seguros y Reaseguros realizado en 2024. El día del seguro siempre es una buena oportunidad para realizar encuentros con autoridades del seguro y aseguradores para intercambiar opiniones sobre la marcha del sector.
Durante el mes de septiembre Mercado Asegurador tuvo presencia en el 66° Rendez-Vous de Reaseguros de Septiembre que se lleva a cabo anualmente en Montecarlo. Este es el mayor encuentro de aseguradores, reaseguradores, brokers de seguros y reaseguros, consultores y profesionales del sector asegurador. En esta oportunidad contó con la asistencia de más de 2.500 profesionales del sector de los 5 continentes. Próximamente en noviembre estaremos presentes en el XXIX° Congreso de Aseguradores de Centroamérica, Panamá y el Caribe que se realizara en Antigua, Guatemala.
Este último evento, que se realiza cada dos años, suele llamarse “El Pequeño FIDES” en referencia al mayor evento del seguro interamericano “la Conferencia Hemisférica de Seguros” que el año próximo se realizara en Costa Rica Ambos eventos se caracterizan por contener un interesante programa de actividades y reuniones de negocios.
Volviendo al tema de esta edición, para conocer la visión de las distintas cámaras de aseguradoras, entrevistamos a sus representantes, quienes opinaron sobre el difícil momento actual del seguro argentino provocada, en buena medida, por los altos niveles de inflación habidos en los últimos tiempos, las dificultades para crecer, la falta de adecuadas alternativas de inversión que permitan paliar los efectos negativos de la litigiosidad y el incesante aumento de los costos administrativos y de los siniestros entre otros aspectos preocupantes.
Cada sector de las distintas cámaras empresarias consultadas plantea su visión sobre su situación específica actual y la de los años venideros. La mayoría tiene la expectativa de la posibilidad de alguna mejora, aunque se coincide en que los próximos años serán en extremo desafiantes para el sector. La preocupación por el devenir de la economía y por el hecho de que siga impactando negativamente sobre la actividad aseguradora y su reputación surge del impacto que puede presentarse en la capacidad de cumplimiento de las aseguradoras. Las dificultades de liquidez, la falta de provisión en tiempos lógicos de piezas o bienes en riesgos como Automóviles, Incendio y Hogar afectan la imagen de la actividad. El descontrol inflacionario, la presión fiscal voraz, los costos operativos crecientes y los rendimientos de las inversiones por debajo de la inflación generaron dificultades y grandes incógnitas en el comportamiento de los actores de la economía, donde el mundo asegurador no fue la excepción.
Sin embargo, la industria aseguradora en su conjunto ha demostrado una vez más su capacidad de adaptación y subsistencia. Hoy se están viendo síntomas de mejoras. Por ejemplo, menores índices de precios -aunque aún elevados-, reducción del déficit fiscal, lenta recomposición de las reservas, simplificaciones de regulaciones, etc., que generan optimismo en la búsqueda de más y mejores negocios.
Entre los muchos desafíos que la industria debe enfrentar está la necesidad de adaptarse a gestionar eficientemente la operación. La mejora de los resultados técnicos de las aseguradoras es un factor trascendente de la gestión. En ello estará la subsistencia de muchas de ellas
Si bien se han generado nuevas expectativas de la mano del avance tecnológico y la digitalización, la difícil situación económica del país perturba el mantenimiento de una industria de seguros sólida, que permita ser un aliado estratégico del crecimiento sustentable, de la productividad, y ser un promotor del estado de derecho de las economías, porque el seguro es un mecanismo que brinda estabilidad económica y social, a la vez que permite canalizar el ahorro de las naciones.
La solvencia es el otro factor donde se debe enfocar la gestión y complementariamente los rendimientos de las inversiones, para que al menos logren equiparar la inflación. Otros temas no menores son trabajar contra el flagelo de la judicialización indiscriminada, con fallos que afectan el patrimonio de las empresas aseguradoras. Se debe aunar esfuerzos incluyendo al ente regulador, al poder judicial, y demás actores para lograr la concientización de los distintos niveles del poder judicial en todas las jurisdicciones. Y hay que perseguir el fraude que afecta las distintas ramas de nuestra actividad.
Continua la preocupación por la creciente litigiosidad judicial que soportan las ART. Demandas sorprendentes, pericias dudosas, fallos sin fundamentos con fijación de montos o peor aún, con tasas de interés que ajustan el capital con porcentajes abusivos, son algunos de los serios problemas que enfrentan las aseguradoras. En los ramos de Patrimoniales y de Vida, si bien la incidencia es menor, muchos procesos judiciales son innecesarios y adolecen de las mismas problemáticas.
Todas las cámaras trabajan para concientizar a los integrantes del poder judicial, como a sus actores conexos, sobre la necesidad de ajustar muchos de los parámetros que gestiona la justicia y adecuarlos.
En cuanto a las estrategias para ampliar la participación del seguro en la economía, sabemos que en comparación con varios países de la región latinoamericana nuestros valores de penetración son bastante inferiores. Sin duda la inestabilidad de la economía argentina genera que la mayor parte de los seguros sean los obligatorios, quedando relegados el resto de los ramos Patrimoniales y, en particular, Vida. Cuando la realidad de países con economías estables la prioridad es Vida, luego riesgos Patrimoniales y finalmente Automóviles.
Es indudable que el factor esencial es la estabilización de las variables económicas macro: moneda estable, sistemas impositivos justos y equitativos, reglas de juego claras y permanentes, resumido en seguridad jurídica. Son parámetros esenciales y necesarios para cambiar la ecuación de penetración del seguro en las empresas y las personas.
Muchos años de distorsiones y cambios de reglas han mellado la confianza. Un proceso de recrear la conciencia aseguradora, docencia y calidad de comunicación constante más el desarrollo de seguros inclusivos como nuevos productos para cubrir nuevos riesgos, aumentar la penetración de las coberturas existentes, considerar las nuevas formas de movilidad, seguros sobre la salud, ciberriesgos, etc., generarán nuevas alternativas de negocios. Se debe orientar la visión en estos rumbos.
Es relevante a futuro reconstruir entre todos los actores –ente regulador, aseguradores, PAS- un fuerte compromiso para fijar las pautas necesarias para tener un marco de condiciones donde se pueda competir igualitariamente, sin tener en consideración particularidades generadas por las malas políticas de gestión o control. Es casi unánime escuchar las consideraciones realizadas desde los distintos sectores, que tienen que ver con que, por lo menos en los últimos 25 años no se ha visto un nivel de crisis como el de la actual magnitud dentro de la actividad aseguradora argentina.
Es por eso que este es un momento propicio para mirar al futuro y buscar fuertemente generar las políticas y acuerdos para refundar las condiciones que rigen o impactan sobre el sector. Es imperante ir en la búsqueda de trazar un camino con nuevas reglas de solvencia, control y desarrollo, necesarias para configurar un futuro promisorio para crear un mercado asegurador sólido, capitalizado y competitivo. El mercado asegurador argentino no es ni ha sido ajeno a las distintas situaciones del país. Pero puede decir con seguridad que es un sector que sabe adaptarse a las crisis, buscando mantener siempre la solidez y la seriedad que caracteriza a cada una de las empresas aseguradoras manifestó uno de los entrevistados.
Un problema aun no resuelto totalmente es la situación que genera la limitación en el acceso a las divisas para pagos al exterior por las restricciones que hay en el país. Si bien han mejorado las transferencias al exterior por el esfuerzo económico de las aseguradoras al recurrir a mercados financieros alternativos y de este modo honrar los contratos de reaseguros, que son el respaldo de las aseguradoras para responder ante desvíos de siniestralidad, aún falta aceitar adecuadamente este tema.
Un aspecto positivo es la mejora habida en el contacto con las autoridades nacionales, la profundización del diálogo con la SSN y con el Ministerio de Economía, a fin de expresar los inconvenientes que presenta la actividad en la actualidad, es una muy buena vía para la solución de problemas
Completan esta edición una amplia variedad de notas, artículos y estadísticas que permitirán evaluar la situación del mercado de seguros, además de nuestras habituales secciones de noticias nacionales, latinoamericanas e internacionales, indicadores económicos y Suplemento de Legislación.
Hasta la próxima edición.
Pedro Zournadjian
Director