Responsabilidad Civil Profesional, Riesgo Maduro

La cobertura está instalada, y vigente desde hace 30 años en el país, aunque adecuar las sumas aseguradas al nivel promedio de las sentencias sigue siendo un desafío.

Responsabilidad Civil (RC) es, sin dudas, uno de los ramos con mayor proyección, por varios motivos. Entre ellos, la sociedad es hoy mucho más litigiosa que en el pasado; y el avance tecnológico está expandiendo los riesgos, y en consecuencia la responsabilidad de los distintos actores.
El último dato conocido sobre la producción del mercado asegurador argentino, elaborado por la Superintendencia de Seguros de la Nación, corresponde al primer trimestre del ejercicio económico en curso 2022-2023, período julio a septiembre 2022.
La información oficial consigna que Responsabilidad Civil alcanzó un volumen de producción de $ 10.857 millones en el mencionado trimestre. En términos reales, es decir, descontando la inflación, dicha cifra es 9% inferior al registro de igual período de 2021.
La RC No Médica, es decir la RC General, Productos, D&O, y un largo etc., es la de mayor volumen de prima: $ 7.824 millones a septiembre 2022.
Le sigue la RC Profesional Médica, con $ 1.987 millones. Luego, RC Profesional No Médica (Contadores, Abogados, Arquitectos) con $ 926 millones, y la RC derivada de Riesgos del Trabajo, con $ 120 millones.
Así, tenemos que la RC General representó, a septiembre 2022, el 72% del negocio; RC Médica el 18%; RC Profesional No Médica, 8%, y el 2% RC derivada de Riesgos del Trabajo.
También cabe aclarar que en período anual julio 2021 a junio 2022, RC alcanzó un volumen de producción de $ 34.284 millones. La elevada inflación que padece Argentina (en torno al 100% anual en 2022) hace difícil las comparaciones. Por lo cual, solo marcaremos que dicho volumen representó casi USD 264 millones (tipo de cambio oficial al 30 de junio 2022, $ 130 por dólar).
En este marco, dialogamos con dos aseguradores que operan en distintas áreas de la Responsabilidad Profesional.
Jorge Furlan, Coordinador General de Prudencia Cía. de Seguros, se refirió a la cobertura de RC Profesional de la aseguradora, “basada en un programa de administración del riesgo que abarca, entre otros, a médicos, Instituciones de la Salud, bioquímicos, farmacéuticos, diagnóstico por imagen, ensayos clínicos, emergencias”. Y agregó: “También se atiende las coberturas de otras profesiones como arquitectos, agrimensores, abogados, contadores, escribanos, funcionarios de la justicia y Magistrados, y contamos con una cobertura amplia de RC por contaminación ambiental.
Y se cubre las tradicionales del mercado y más conocidas como, errores y omisiones, garajes, calderas, comprensivas, demoliciones, turismo estudiantil, etc.”.
Luego fue el turno de Fabián Vítolo, Director de Relaciones Institucionales y Servicios Médicos de Noble Cía. de Seguros.
El profesional, resaltó: “Si bien el foco de Noble esta puesto en RC médica, con un alto nivel de especialización y servicios, brindamos casi todo el espectro de coberturas de responsabilidad civil. Las más solicitadas están relacionadas con la actividad de nuestros hospitales y centros de salud asegurados: RC comprensiva, D&O, E&O, RC profesionales no médicos, entre otras. Por otra parte, cada vez son más los productores que nos solicitan otras coberturas de RC para clientes que no pertenecen al sector salud”.

La Pospandemia
Sobre los efectos que tuvo la pandemia en la conciencia aseguradora en RC Profesional, Vítolo respondió: “El seguro de responsabilidad médica tiene más de 30 años en el país y es un negocio maduro. La conciencia de riesgo es alta desde hace ya muchos años. De hecho, es prácticamente impensable que un médico ejerza sin seguro. Esta conciencia se ha expandido a su vez bastante a otros profesionales de la salud, si bien a un ritmo un poco más lento. Sobre esta base, la pandemia sí acentuó la preocupación sobre el grado de cobertura para atenciones remotas (telemedicina) y algunas situaciones muy puntuales, como la cobertura ante la falta de ciertos insumos (ej: respiradores). Hubo que hacer un trabajo de contención importante reafirmando que estas actividades y situaciones ya estaban cubiertas por las pólizas tradicionales”.
Luego, Furlan comentó: “La pandemia no genero mayor conciencia sobre la contratación de la cobertura, sino en mayor medida, se interesó en saber si el alcance de la cobertura abarcaba las responsabilidad que pudiera generar la atención de la patología en cuestión.
También encendió las alertas de los asegurados, y productores, sobre la cobertura financiera de las pólizas contratadas y/o de los límites de capital asegurados”.

Capitales Asegurados
En gran medida, la docencia respecto del funcionamiento de la cobertura de RC Profesional médica tiene un capítulo especial dedicado al nivel de las sumas aseguradas, que deben estar en línea con los montos de reclamo habituales en cada especialidad médica.
En este sentido, Furlan destacó: “El alto nivel de inflación, y los criterios de actualización de las sumas aseguradas aplicados en los fallos judiciales, hace que los montos promedios de la cartera cubierta, indudablemente resulten mayormente insuficiente ante una sentencia de mala praxis.
La situación actual exige de una labor activa de los Productores Asesores de Seguros para recomendar a sus clientes los aumentos de sumas adecuados a la especialidad que desarrollan.
Como referencia del riesgo de infraseguro en el mercado, la Resolución Nº 35.467 de la SSN, exige un monto mínimo obligatorio de capital asegurado de $ 120.000. Para los médicos individuales, normativa que sin ninguna duda quedo desactualizada y superada por las exigencias que hoy rigen en las aseguradoras para la suscripción de un monto base de mucho mayor valor, que mínimamente es de un millón de pesos”.
Sobre el particular, Vítolo marcó: “Así como hay conciencia en relación a la necesidad de estar asegurado, no la hay tanta respecto a la suma asegurada más conveniente, sobre todo en un contexto altamente inflacionario. A diferencia de lo que ocurre con los bienes, donde todos notamos el incremento de precios, el valor de los reclamos y juicios por responsabilidad civil son intangibles difíciles de trasladar al costo final para el asegurado. Resulta importante realizar acciones de concientización para que las sumas aseguradas acompañen los crecientes montos de demandas (que a diciembre está en 24 millones de pesos) y de siniestros medios pagados”.

Siniestralidad
Sobre la siniestralidad de RC Profesional Médica en la Argentina en el último año, Furlan comentó: “El mercado ya tiene una experiencia representativa en la siniestralidad de esta cobertura, y en el porcentaje de casos reprochados judicialmente sobre la cartera no ha variado sustancialmente en el último año.
En cuanto al monto de los reclamos y de las sentencias si se ha producido un incremento en el porcentual de siniestralidad lo cual obliga a revisar la política de reaseguros, y de suscripción”.
Por su parte, Vítolo afirmó: “Durante el ejercicio 2021/2022, la siniestralidad en RC médica aumentó en frecuencia y severidad volviendo a niveles prepandémicos e incluso superándolos. Esto es atribuible al rebote que se produjo luego de que la actividad de los hospitales se restringiera casi con exclusividad a la atención de pacientes COVID, disminuyendo así la cantidad de cirugías, procedimientos invasivos y consultas por guardia, que son las principales fuentes de reclamos. Este rebote de litigiosidad en el período también se debe al hecho de que durante los momentos más duros de la pandemia (varios meses), los tribunales también estuvieron inactivos. Prácticamente no tuvimos reclamos por daños a consecuencia de la atención COVID, pero nos sorprendió el incremento de mediaciones y juicios en cirugía estética y cirugía general”.

RC Profesional No Médica
Por último, consultamos a los profesionales acerca de las acciones necesarias para incrementar la conciencia aseguradora de los profesionales No Médicos (abogados, arquitectos, contadores, etc.).
Al respecto, Furlan mencionó: “No resulta sencillo señalar una propuesta particular para este tipo de coberturas tan puntuales, cuando, en general, no se ha logrado desarrollar una cultura en la sociedad sobre la necesidad e importancia del Instituto del seguro, sin duda afectado en su imagen por diversas circunstancias propias del mercado, instrumentales y económicas.
No obstante, el incremento de los reclamos y juicios promovidos a los profesionales de las especialidades que se mencionan, hace asumir a los mismos el mayor riesgo económico que puede afectar a sus patrimonios individuales y les hace tomar conciencia de la exposición al riesgo”.
Para finalizar, Vítolo puntualizó: “La alta conciencia aseguradora que existe en el sector salud no se ha trasladado a otras profesiones no médicas. Pese a que las bases de jurisprudencia revelan cada vez más sentencias por mala praxis contra abogados, contadores o arquitectos, son todavía muy pocos los que contratan cobertura. Creo que una mayor difusión de estas sentencias los ayudaría a darse cuenta de que no están exentos a recibir una demanda, sobre todo en una sociedad que ya adquirido conciencia de que los daños injustos deben ser reparados económicamente”.

Aníbal Cejas