Editorial de Mayo 2023

El pasado 23 de abril la revista Mercado Asegurador (MA) realizó en el Hotel Marriott de Buenos Aires la 3era. Jornada del Reaseguro Argentino y Latinoamericano en forma presencial bajo el lema “Desafíos y Estrategias del Reaseguro Latinoamericano en Tiempos de Crisis”. Este prestigioso congreso se realizó en el marco de la celebración del 45º aniversario de nuestra revista. Para MA ha sido un verdadero privilegio organizar este evento internacional, en el que han participado distinguidas personalidades de distintos sectores y países, en un momento complicado del mundo del reaseguro internacional y de nuestra región en particular.
Por ello, una vez más agradecemos el apoyo y colaboración recibida de auspiciantes, disertantes, panelistas y amigos que han contribuido al éxito de este tercer encuentro, que ya se ha convertido en un clásico de Argentina y Latinoamérica.
Algunos tal vez recuerden lo ocurrido en la primera y segunda jornada, realizadas en el año 2016 y 2018, respectivamente, en las cuales se analizaron las modificaciones que se iban produciendo paulatinamente en la normativa del reaseguro argentino.
Hoy, luego de algunos años de estabilidad en las normativas, el enfoque del sector y de la jornada es diferente, pues hay un énfasis en los Desafíos y Estrategias del Reaseguro Latinoamericano en Tiempos de Crisis, observando la situación de los mercados internacionales, que también reflejan cambios y nuevas expectativas.
En el mensaje de apertura se destacó la importancia que tiene el reaseguro para el normal desenvolvimiento de la actividad aseguradora, repitiendo el tradicional eslogan de la Jornada “No Hay Seguro Sin Reaseguro”, tan antiguo como vigente desde su primer día, no obstante, los cambios que se producen en actividad aseguradora. Sin reaseguro no existe la posibilidad de desarrollo del seguro ni de los distintos sectores que la rodean. Sin reaseguro no existe la posibilidad de dar protección a la comunidad, a las distintas actividades industriales, comerciales y financieras, que contribuyen al desarrollo y al fortalecimiento de la economía de los países y al bienestar de la población.
Esto se materializa a través de la institución del seguro. También para los gobiernos nuestra actividad cumple un rol esencial en la protección de los grandes riesgos estratégicos y los riesgos de la naturaleza de características catastróficas.
Sin embargo, a pesar de los valiosos aportes del sector a la economía de un país, algunos aseguradores, como gobiernos, consideran erróneamente que el Reaseguro suele tener un costo adicional a veces excesivo. Claro que esta apreciación se realiza mientras no existan importantes siniestros por recuperar y pagar.
En algunos países con déficit presupuestario y escasez de divisas, se mide equivocadamente la incidencia del reaseguro en la balanza comercial por el volumen de primas cedidas al exterior, sin tomar en cuenta los retornos que ofrece el reaseguro proporcional a través de comisiones básicas y adicionales, retención de reservas, participación en las utilidades, siniestros recuperados, impuestos pagados por el reasegurador y juegos de reservas, especialmente en los contratos proporcionales, cuyas cuentas trimestrales no suelen tener saldos a pagar por sumas muy elevadas y hoy incluso se encuentran vapuleados por la devaluación incesante de la moneda (ver lo ocurrido en Venezuela).
Esta interpretación de que el nivel de cesiones del reaseguro incrementa la salida de divisas ha llevado a algunos gobiernos a privilegiar el aumento de las retenciones a través de reservas de mercado, que fomenten la retención nacional u obligando a la contratación de coberturas de reaseguro No-Proporcionales en lugar de las Proporcionales, olvidando que son estas últimas las que ayudan a mejorar el margen de solvencia de muchas aseguradoras que no se destacan por su solidez patrimonial. Sin embargo, pueden existir casos de reaseguro excesivo, que deben ser detectados, observados y regulados por el organismo de control.
En la 3era. Jornada tuvimos un tema recurrente, que giró alrededor de las consecuencias que deberá soportar el mercado de seguros argentino ante la demora en los pagos de los saldos vencidos del reaseguro, por escasez de divisas. Esta anormalidad afecta en sobremedida el normal desarrollo de la actividad aseguradora y a la protección de asegurados. Por lo cual, el Gobierno debería poner especial atención en la solución de este problema con la elaboración de un plan de pagos que contemple las prioridades y el orden de antigüedad de la deuda.
La inestabilidad monetaria, con una fuerte intervención en la cotización del dólar y los procesos de alta inflación, hace que los reaseguradores sean muy cautelosos a la hora de establecer precios y condiciones. Argentina en particular sufrió desvíos en las estimaciones de ingresos, más la involución económica y la incertidumbre en cómo afectaba el escenario de inflación en aquellos casos judicializados. Esto, sumado a ciertas demoras en obtener las divisas para afrontar pagos en tiempo y forma, hizo que algunos reaseguradores se mostraran algo reticentes a aceptar riesgos medianos y chicos. Puede resultar que se generen varios cambios a nivel liderazgo de programas, y se estima que la evaluación de ofertas también derivará en algunos pedidos de prórroga.
El reaseguro es considerado como un instrumento esencial, válido y relativamente económico para generar capital. También permite buscar soluciones para aquellas debilidades que podrían surgir en las aseguradoras, tales como una posible disminución de la liquidez y nuevas normas contables acordes con los requerimientos de Solvencia II. Además de cumplir con sus funciones originales, que consisten en reducir los efectos de la intensidad y excesiva frecuencia en los siniestros y la volatilidad del resultado de la suscripción, así como homogenizar y mejorar la diversificación de la cartera, el reaseguro es considerado cada vez más como un socio estratégico en el desarrollo de nuevos productos y en cuestiones relativas al acceso al capital y el crecimiento financiero.
En un marco general de incertidumbre, donde los esquemas de solvencia son cada vez más exigentes y los rendimientos financieros bajos, donde hay un constante cambio de la percepción del riesgo (cambio climático, conmoción social, conflictos bélicos etc), se visualiza que continuará el hard market para determinadas coberturas de reaseguro.
No hay duda que en el mundo la única constante es el cambio; aspectos como los avances diarios en la tecnología, en el campo digital y en las comunicaciones, las catástrofes naturales, los conflictos internacionales, las nuevas conductas de los consumidores cada vez más informados, o las nuevas regulaciones, afectan tanto a la oferta como a la demanda de servicios.
Es por esto que la industria del seguro y del reaseguro tiene que innovar para seguir siendo relevante para los clientes. En este sentido, son centrales el avance de las start-ups con nuevas tecnologías, como por ejemplo, big data, data analítics, blockchain, etc., que desarrollan esquemas sofisticados en soluciones de gestión de capital. Por otro lado, son centrales también las Insurtechs y la adaptación al entorno digital de las tradicionales aseguradoras, el uso de digitalización, la IA, e Internet de las Cosas, etc. Estos avances tecnológicos y la disponibilidad de grandes datos, afectan el valor agregado de la actividad aseguradora y reaseguradora en general.
Las nuevas tecnologías en reaseguro sin dudas traen un sinnúmero de oportunidades y trabajar con expertos tiene sus beneficios. Aunque esto sea evidente y los avances están a la vista, está lejos de ser fácil de ejecutar. Los nuevos modelos asociativos y el ensamblar ecosistemas digitales requieren nuevas capacidades tanto tecnológicas como culturales. Es un camino sin retorno, en el que nadie puede darse el lujo de quedar excluido.
Completan esta edición una variedad de entrevistas, notas, artículos y estadísticas que permitirán evaluar la situación del mercado de seguros y reaseguro, además de nuestras habituales secciones de noticias nacionales, latinoamericanas, internacionales e indicadores económicos.
Hasta la próxima edición.

Pedro Zournadjian
Director